sábado, 2 de mayo de 2020

Blasones y Heraldica, la marca de identidad de la nobleza

Armas del I conde de Gálvez

La heráldica es el sello de identidad de las familias europeas en la época medieval. Tal y como la conocemos, como método para diferenciar caballeros, con toda su complejidad y simbología, nació en el siglo X y se institucionalizó en el XIII.
Debo matizar que existen emblemas para dioses, naciones o ciudades desde la antigüedad y en todas las culturas. Ya en los albores de la civilización el escudo solía reproducir hazañas y éxitos de los guerreros o los colores, enseñas, signos o estandartes con que se pintaban, vestían o presidían para distinguirse en la batalla del enemigo y no ser confundidos con él. Estos carecían del nivel de complejidad de las armas del medievo, donde podían llegar a definir no solo el reino y la familia, sino el orden del hijo con el que estabas hablando o si su oficio era el de la guerra o el sacerdocio.

Los escudos de armas nacieron en las justas alemanas y francesas desde el siglo X y se extendieron por Europa con las cruzadas. Hasta mediados del siglo XIII no se volvieron fijas y hereditarias. Desde el siglo XIV los emblemas eran ya un documento oficial de identidad, no solo de nobles, también de lugares y organizaciones: Gremios, ayuntamientos, órdenes de caballería, todos deseaban su propio emblema.
A partir del siglo XV, con la imprenta, las familias nobles quisieron engrandecer sus escudos con decorado exterior (Soportes, coronas, yelmos y cimeras). Esto aporta alguna información adicional que en siglos anteriores simplemente se daba por hecho; por ejemplo, la corona identifica qué tipo de título ostenta el noble (rey, príncipe, duque, marqués).

Se crearon oficios especializados en saber la ciencia de los emblemas, los heraldos. Y más allá, en las cortes reales nacieron cargos de honor para impartir cátedra en esta materia: los reyes de armas.
Los reyes de armas eran encargados del registro de los blasones, formar los nuevos emblemas que se fuesen concediendo y la observar las leyes heráldicas, categorizar y sistematizar el uso de estos sellos de identidad. Los mismos reyes daban este título de dignidad y honor a los caballeros más esforzados. Los reyes de armas advertían las hazañas de los demás militares para su remuneración y premio, decidían en causas dudosas de hechos de armas, denunciaban las guerras, asentaban paces, asistían a los consejos de guerra e interpretaban los apuntes en letra peregrina de los reyes.
El cargo de rey de armas tuvo muchas prerrogativas y gran importancia en los últimos siglos de la Edad Media, en especial en organizar torneos y formar sus leyes. A ellos se deben los primeros libros de Heráldica,

Algunos detalles técnicos

Como su nombre indica, el lugar lógico de los escudos heráldicos es en el escudo, no obstante también se representaban en murales, tabardos, estandartes y joyería para tiempos de paz.
En la heráldica la parte crucial es el emblema del escudo de armas en sí. A lo largo de los años fueron evolucionando desde el escudo cuadrado a los de parte inferior ovalada. Las damas y damiselas solían usar escudos completamente ovalados o rombos.
Los lugares óptimos para representar símbolos se dividen en las nueve partes que saldrían dividiendo en tercios el alto y ancho de escudo. La parte central era la que se consideraba el punto de honor. Los colores más frecuentes eran cinco colores Azur (azul) gules (rojo brillante) Sinope (verde), Púrpura, Sable (negro), y dos metales, oro y plata. La plata a menudo se representaba como blanco.

Lambrel, ejemplo de brisura
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De entre la amplia terminología heráldica cabe destacar “las brisuras” modificaciones del escudo de armas para mostrar que quien la lleva no es el titular del emblema ni su primogénito o directamente señalar otra rama familiar.
En la realeza una brisura común es el lambrel, este designaba el orden del príncipe en la sucesión. Las brisuras pueden ser adornos o bordes marcados en el emblema, lineas sobrepuestas o combinación de todo, pudiendo alcanzar un gran recargo.

Un poco más

Los escudos de armas han sido la excusa para muchas cosas. Las familias nobles los han usado para entrelazar sus orígenes con la antigüedad y la mitología, así algunas casas reflejan un parentesco con Hércules, Aquiles o incluso trazando sus orígenes hasta Adan y Eva.
Se han usado para celebrar grandes acontecimientos y victorias, como el símbolo inferior del escudo de España que refleja la conquista de Granada.

Han mostrado uniones, buen ejemplo es también el escudo Español (tanto actual como antiguos) dividiendo en cuarteles los escudos de cada antigua nación peninsular (Castilla, León, Aragón y Navarra).También se mostraban los juegos de alianzas con el “acolado” de escudos; en especial los escudos de las damas muestran el emblema del esposo y de su familia de origen.

La heráldica podía emplearse como arma política para reclamar los derechos de sucesión o herencia. Acuartelando o acolando el escudo como muestra de pretensión. Eso mismo hizo Eduardo III de Inglaterra cuando en la sucesión del trono francés la corona pasó a Felipe de Valois, lo que terminaría desencadenando la guerra de los Cien Años. Y aún mucho después de la guerra Inglaterra mostraría sus pretensiones al trono francés en el escudo nacional hasta principios del siglo XIX.

Escudo de la reina Maria I de Inglaterra (conocida como Bloody Mary) es un gran ejemplo de acolado entre su familia, los Austria de España, con el inmenso juego de alianzas del Sacro Imperio Romano, y su matrimonio con los Tudor de Inglaterra. Se ve también cómo el escudo inglés tiene las flores de Lis en fondo Azur del estandarte Francés, acuartelado con los leones ingleses.
Estas formas y códigos de armas son estrictamente europeos. En el oriente islámico, para prevenir la idolatría, su religión prohíbe representar figuras humanas y animales de forma institucional (motivo por el cual tantos monumentos andalusíes en España representan formas geométricas y de plantas). De hecho, era una chanza frecuente para los islámicos referirse a los cristianos como “los politeístas” o tacharlos idólatras por su obsesión con santos y animales en los estandartes.
Lo entre los elementos que sí elegían representar los musulmanes están versículos del Corán o los astros como la archiconocida media luna creciente del Islám
De más lejos aún, en China y Japón, espero profundizar en otro artículo las peculiaridades de su heráldica.


No quiero extenderme más, pues la heráldica es un tema tan extenso que bien está catalogada como ciencia en sí misma, esto solo ha sido un aperitivo para despertar la curiosidad. Si queréis profundizar más os dejo algunos enlaces que usé de bibliografía, el de la wikipedia es bastante exhaustivo en explicaciones técnicas de escudos de armas:

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